Neorrealismo Italiano

domingo, 7 de febrero de 2010

 


El neorrealismo italiano fue un movimiento cinematográfico surgido en Italia durante la posguerra de la Segunda Guerra Mundial, cuyos principales representantes fueron Roberto Rossellini, Luchino Visconti y Vittorio de Sica.

El neorrealismo italiano se puede entender como una especie de escuela o tendencia con determinadas premisas estéticas (como pueden serlo la nouvelle vague o el free cinema) o como un simple producto de determinadas circunstancias histórico-sociales (la situación de Italia de la posguerra). Sea como sea, lo que no pareció encontrar tal corriente fue una "voz" musical propia: los filmes que siguieron a Roma, ciudad abierta (Roma, città aperta, 1946) de Roberto Rosellini continuaron una tradición musical anterior a la guerra, un sinfonismo con cierto tono popular y un gusto por la búsqueda de la "gran melodía" de corte puccinesco.

Quizá por ello, las partituras de Renzo Rosellini para los filmes de su hermano no sean las más adecuadas para la austeridad de la puesta en escena que propone Roma, ciudad abierta, o el detallismo conductista de Alemania, año cero (Germania, anno zero, 1947): son en exceso redundantes y ancladas en los clichés del melodrama fácil. Del mismo modo, la música de un Alessandro Cicognini -un compositor iniciado antes del neorrealismo- cuadra mejor con el sentimentalismo humanista de Vittorio de Sica, al igual que el carácter popular de ciertas composiciones de Nino Rota se adecúa más al costumbrismo de Eduardo de Filippo.

En todo caso, parece que la relación entre ese "ente" no muy definido considerado como neorrealismo condujo a éste por caminos que lo apartaban cada vez más del mero rigor documental, del simple testimonio de "urgencia" sobre una situación social determinada. Luchino Visconti fue uno de los realizadores que mejor supieron trascender las fronteras del neorrealismo para llevarlo a los terrenos de un cine más personal, trágico y operístico. En este sentido, Rocco y sus hermanos (1960) es su obra maestra. (Roberto Cueto)

El movimiento se desarrolló alrededor de un círculo de críticos cinematográficos que se agrupaban en torno a la revista Cinema, entre los que se encontraban Michelangelo Antonioni, Luchino Visconti, Gianni Puccini, Giuseppe de Santis y Pietro Ingrao. Lejos de abordar temas políticos (el director de la revista era Vittorio Mussolini, hijo de Benito Mussolini), los críticos atacaban las películas que dominaban la industria de los tiempos. Por oposición a la escasa calidad de las películas de la época, algunos críticos consideraban que el cine debía mirar hacia los escritores realistas de principios del siglo.

Los neorrealistas fueron fuertemente influenciados por el realismo poético francés. De hecho, tanto Antonioni como Visconti trabajaron en estrecha colaboración con Jean Renoir. Por otro lado, muchos directores neorrealistas habían madurado trabajando en películas caligrafistas, si bien dicho movimiento era notablemente distinto al neorrealismo. Se pueden encontrar elementos emparentados con el neorrealismo, igualmente, en las obras de Alessandro Blasetti y en los documentales de Francesco de Robertis. Los precursores más significativos del neorrealismo fueron Toni, de Renoir, de 1935 y la película 1860, de Blasetti, realizada en 1934.

El neorrealismo adquirió resonancia mundial por primera vez con Roma, città aperta, primera película importante realizada en Italia tras el fin de la guerra. A pesar de la presencia de muchas características ajenas al neorrealismo, reflejaba claramente la lucha por la existencia que los italianos libraban día a día bajo la ocupación alemana de Roma, haciendo lo posible por resistir a la ocupación. Los niños juegan en la película un papel clave, y su presencia al final del film es indicativa de su papel general en el neorrealismo: como observadores de la dificultad del mundo de hoy que tienen la llave del futuro.

El cine neorrealista se caracteriza por tramas ambientadas entre los sectores más desfavorecidos, abundante en el uso de los rodajes exteriores, con importante presencia de actores no profesionales entre sus secundarios, y, con frecuencia, incluso entre los protagonistas. Las películas reflejan principalmente la situación económica y moral de Italia en la posguerra, y reflexionan sobre los cambios en los sentimientos y en las condiciones de vida: frustración, pobreza, desesperación... Dado que los estudios Cinecittà, que habían sido el centro de la producción cinematográfica italiana desde 1936, se encontraban ocupados por una multitud de personas desalojadas a causa de las penurias de la guerra, las películas se rodaban en el exterior, con las devastaciones bélicas como fondo.

Su aspecto e intención principal consistía en plasmar la realidad tal cual era. Se trataba de un cine con orientación social capaz de representar la terrible depresión de una guerra tan atroz: un cine casi de desesperanza con un claro contenido social.

Se puede decir que el neorrealismo italiano se inicia en 1945 con Roma, ciudad abierta (Roma, città aperta) de Roberto Rossellini y continúa con cineastas tan destacados como Vittorio De Sica con Ladron de bicicletas en 1948 y Luchino Visconti con La tierra tiembla (La terra trema) en 1947.

Los guionistas Suso Cecchi d'Amico y Cesare Zavattini fueron, entre otros escritores, autores importantes en este movimiento, escribiendo las historias para los directores del neorrealismo italiano. Robert McKee considera infravalorada la figura del guionista en cuanto a la autoría de las películas cinematográficas y, por otra parte, que se sobrevalora al director como autor único. Por eso, varios teóricos del cine como McKee, consideran responsables de la calidad artística del neorrealismo italiano a "autores" como Suso Cecchi d'Amico y Cesare Zavattini.

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