The Hunger (1983)

jueves, 2 de julio de 2009

 

John (David Bowie) y Miriam (Catherine Deneuve) Blaylock son una sexy y sofisticada pareja europea que se ha instalado en Manhattan. Seductores infalibles, recorren juntos los clubes neoyorkinos en busca del alimento que sacia su especial apetito.

Son vampiros, pero no son iguales. En The Hunger, la condición de Miriam es la del vampiro original. La inmortalidad y la juventud eterna provienen de su sangre. En cambio, sus amantes, devenidos en vampiros por la mezcla de su sangre humana con la de ella, gozan de la inmortalidad y de una larga, pero no eterna, juventud.

John es el último de los amantes de Miriam. Se han conocido hace tan sólo unos siglos y el amor que los une sigue fuerte y fogoso como el primer día. Sin embargo, lo inevitable viene a trastocar su exquisita existencia: la juventud de John manifiesta sus restricciones. Su cuerpo muestra los primeros signos de un envejecimiento vertiginoso. Desesperado, acude a la Dra. Roberts (Susan Sarandon), una investigadora que busca invertir el proceso de envejecimiento de las células. Miriam también acude a ella, pero persiguiendo otra meta.


Antes de Top Gun, El Último Boy Scout o El Fanático, Tony Scott hizo esta revolucionaria película de vampiros basada en la novela homónima de Whitley Strieber, cuyos seres son capaces de caminar de día, no utilizan colmillos, de hecho para alimentarse utilizan una especie de navaja en forma de Ankh, y viven en la ciudad.

The Hunger se refiere a mucho más que a la necesidad imperiosa de consumir sangre para mantener la fuerza vital, también describe la lucha contra la soledad, la búsqueda del amor inmortalmente joven y la condena de la eterna vejez.

La película tiene aires de cine arte, el director le da una estética muy europea, de película francesa, le incluye mucha música clásica, combinadas con escenas muy limpias, muy elegantes. Estética y técnicamente es impecable y de un erotismo sofisticado, la película constituye un verdadero aporte inusual y fascinante al universo del cine vampírico.

Cabe destacar la extraordinaria introducción con Bauhaus tocando Bela Lugosi is Dead en esa disco ochentena muy a lo batcave, me recordó al Teatro de Sombras o a los viejos tiempos de la Blondie, antes que se convirtiera en un antro de vishualines y cybermangueras como lo es ahora.

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