Control (2007)

lunes, 19 de octubre de 2009

 

Agobiante película del debutante Antón Corbijn, fotografo y realizador de videoclips, quien ya había realizado el video de la canción “Atmosphere cuando Factory editó el recopilatorio “Substance”

El elegido para interpretar a Ian Curtis fue San Riley, cantante del grupo “10.000 Things”, desbancando a candidatos como el mismísimo Jude Law. Samantha Morton interpreta a la esposa de Ian y New Order se encargó de su banda sonora, reinterpretando temas de Joy Division.

La película está inspirada en las memorias de la viuda de Ian, Deborah Curtis “Touching fron a distance: Ian Curtis and Joy Division” editado por Faver en 1995 y que roza en muchas ocasiones el amarillismo mas que resaltar la figura romántica del cantante. La esposa recuerda anécdotas y pasajes de su vida que muestran a un Ian Curtis más cotidiano, quien hacia las compras y se emborrachaba en los pubs, lejos del mito.

Su epilepsia, sus problemas físicos y su figura desgarbada contribuyeron a crear una figura desgarrada (recordemos su standard “Lowe will tear us appart”) que tampoco sale muy bien parada o al menos desvirtuada en el film de Michael Winterbotton “24 Hour Party People” sobre Tony Wilson, el sello Factory y la música independiente de Manchester en los primeros ochenta.

También es de significar cómo el resto de miembros del grupo formaron New Order que se convirtió en uno de los referentes de la música dance de los ochenta abrazando ritmos bailables y el acid house y los sonidos ibicencos. En sus declaraciones recuerdan a Ian Curtis como uno más en las borracheras y líos de la banda, aunque eso sí, con tendencia a la depresión y agobiado por problemas sentimentales.

Sin embargo veinticinco años después Joy Division sigue siendo uno de los grandes iconos de la música independiente y su influencia no cesa, desde gente como Interpol, Nouvelle Vague y sus canciones siguen sonando tan intensas como al principio.

Rodada en un impecable blanco y negro, la película hace un recorrido por los inicios de la banda, pero hace más hincapié en la perturbada vida de Ian Curtis. Antón Corbijn logra capturar el espíritu de la banda, es una película densa y torturadora, al verla se siente ese aire deprimente que rondaba la vida de Ian Curtis. Su final es perfecto, muy limpio, sin mostrar mucho ni poco, sin ser tan explicito ni tan pobre, es una película centrada, muy recomendada.

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