La Maschera del Demonio (1960)

lunes, 19 de octubre de 2009

 

"En el siglo XVII, Satán estaba en toda la tierra. Y era grande la ira contra aquellos seres monstruosos sedientos de sangre humana, a los cuales la tradición les dio el nombre de vampiros. No había lugar para pena o piedad. Hermanos no vacilaban en acusar a hermanos. Y padres acusaban a sus hijos. En un intento desesperado de purificar la tierra, del terrible surgimiento de asesinos con sed de sangre. Antes de matarlos, la justicia humana se anticipaba al juicio divino, marcando en sus pieles con fuego, la marca de Satán…"

Así nos introducimos en un desolador claro de lo que parece ser un pantano boscoso de Moldavia. Blanco y Negro. La bruma todo lo cubre mientras los verdugos preparan la ejecución. Luego de que el hierro candente con la "S" quema, en medio de un alarido la piel de Asa, hija de la casa de Vajda; su hermano, aparente líder del grupo de inquisidores encapuchados, lanza la sentencia determinante. Cerca de la muchacha, yace atado a otro poste y con una máscara incrustada en el rostro, el cuerpo sin vida de Igor Yavutich, su amante.

Luego del veredicto, Asa maldice con la soberbia que le da su dolor a todos y cada uno de los presentes, y a sus hijos. Y a los hijos de sus hijos. Ya que la misma sangre corre por sus venas. Y así será por siempre. En un dilatado crescendo, la máscara de Satán, la sentencia final se aproxima a su rostro, en forma irreductible. Su parte interna, llena de clavos de hierro, se acerca cada vez mas, transformándole el semblante de furia en una imagen de pavor.

El verdugo levanta el mazo de madera y lo estrella pesadamente contra el rostro de la muchacha, cuya sangre emana en medio de un grito ahogado, a través de los orificios de la mascara. La lluvia apaga las antorchas y las hogueras. El cuerpo de Igor se sepulta en tierra no consagrada junto a los asesinos y el de Asa, en la cripta de sus ancestros.

Dos centurias después y luego de un terremoto que destruyera la cripta, dos médicos (padre e hijo) conseguirán descubrir en las ruinas abandonadas en un bosque fantasmagórico, el féretro y revivir (accidentalmente) a Asa con una gota de sangre.


Una de las grandes películas de uno de los directores insignes del terror italiano que con la película “La Muchacha que sabia demasiado (1963) “, fundó uno de los géneros mas característicos del cine de terror, el Giallo.
La Maschera Del Demonio (Black Sunday / The Mask Of Satan) de 1960, es quizá la representación más ajustada, de lo que claramente podría definirse como Cine de Terror Gótico.

Si bien, esta mala denominación se ha aplicado sobradamente a películas de neto corte oscuro o con atmósferas agobiantes, contrastes extremos, sadomasoquismo, etc., siempre parece acabar en una representación estética mas cercana a la síntesis que pretende ser en la música Marilyn Manson por ejemplo; que a los referentes y a la estética claramente construida a partir de los íconos literarios y pictóricos del siglo XVIII en pos de una atmósfera para contar, mas que en la anécdota de quedarse solo en lo estéticamente bello.

Esta película es fundacionalmente canónica.
Es quizá aquí, donde los distintos elementos que hacen a los formalismos históricos del gótico del siglo XI o XII por ejemplo, se ven mejor representados, en las ruinas de la cripta o en el castillo cuyos pasadizos o los pilares de la chimenea cubiertos por monstruos inmensos de piedra, se pierden e invitan a sufrir tormentos.

Tal vez solo se debe a la soberbia impronta que irrumpió en 1960 a través de la mirada prodigiosa de Mario Bava (Realizador y fotógrafo de la película), cuyo cine se caracterizó siempre por estar ambientado en climas enrarecidos, tiempos que se dilatan en una tensión eterna, cierta dosis de sadismo gráfico y un manejo del encuadre que muchas veces se recorta mas allá del relato mismo, convirtiéndolo en uno de los directores mas influyentes de la historia. Aun hoy, sin una justicia real y un reconocimiento abiertamente manifiesto.

El travelling hacia atrás de la criada atravesando el cementerio junto a ese bosque pantanoso, es un buen ejemplo que deja a las claras un manejo de cámara minucioso y bastante poco habitual para este género.
Muchos de los films de horror de Bava, están hechos con el mayor grado de compromiso hacia los cánones del género, pero sin emular o repetir lo ya hecho, sino haciendo una relectura entre los cuentos mas clásicos (aquí, Gogol) como con los miedos y fobias mas arraigados en el inconsciente colectivo.

"El terror a la sangre las atrae y las repele" diría Martin Landau encarnando al crepuscular Bela Lugosi en la maravillosa Ed Wood…

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